Encontrándome

Como había comentado en un inicio, este blog, no consiste solamente en un tema específico, consiste también en el camino para encontrarse a uno mismo, a medida que nos cuestionamos la vida, en esa medida vamos entrando en un momento de búsqueda de la verdad. Búsqueda de la paz interior. Podríamos buscar en muchas fuentes la verdad, pero lo único que puedo decir es que la verdad viene solamente de uno, viene de nuestro "Yo Interior".

Mi proceso espiritual, no ha sido sencillo. Ha tenido sus alti-bajos. No es simple y sencillamente decir "voy a ser mejor" o "estoy más cerca de la luz". Es actuar estando en luz. Y ese actuar no es sencillo. Es eliminar viejas costumbres, y sustituirlas por nuevas. Es arrancar los velos que nos hemos impuestos desde pequeños. Es dejar de juzgar, dejar de temer, dejar de buscar controlar todo lo que haces en tu vida y confiar, pero si todo lo anterior lo consideramos un gran desafío... hay un reto mayor... perdonar. Empezar por perdonarnos a nosotros mismos. ¿Por qué? es sencillo, ¿cómo podemos ofrecer comida sino la tenemos?, ¿cómo podemos ofrecer calor si no tenemos con qué arropar?... es lo mismo con el perdón. Cómo podemos perdonar, si no conocemos el perdón hacia nosotros mismos. Puede que pasen días, meses o años antes que lo hagamos, pero tan importante es empezar como perseverar. 

A su vez que buscamos el perdón verdadero, otro paso -en mi humilde opinión- es dejar de "temer". El miedo es la fuente de todas las energías inferiores. Es la fuente del odio, de la infelicidad, del enojo, de la angustia, de la depresión, etc. ¿Cómo dejamos de temer? Confiando. Confiando que cuanto sucede en la vida es para nuestro más alto bien. Confiando en, que si he actuado de la mejor manera posible, las cosas saldrán bien independientemente de las dificultades que tenga que atravesar para lograrlas. Todo saldrá BIEN. Nuevamente, no es algo que se logra de la noche a la mañana... como decía anteriormente, yo no he caminado ni un 1% del proceso total. Sin embargo talvez mi mejor avance respecto a este tema es que cada mañana, mientras me dirijo a trabajar digo una sola palabra: "Confio". Por lo menos creo que esta palabra me ayuda a reprogramar viejas ideas. 

Otro punto importante, es "agradecer". No importa en quién crees -Yahvé, Jehová, Dios, etc-, agradece por todo cuanto tenemos y cuanto tendremos. ¿Tendremos? si, no me he equivocado. Si agradezco de antemano por lo que voy a tener (que es lo que se encuentra en lo más profundo de mi corazón) hago que todo el universo se mueva en forma favorable para conseguirlo... siempre y cuando sea para mi mayor bien y el de los que me rodean. 

Y por último, mi papá siempre me decía: "no importa tu religión, lo importante es que siempre sigas este principio básico: No hagas a los demás, lo que no quieras que te hagan a ti". ¿Lo he cumplido? No. Reconozco que he juzgado duramente a otras personas, y sé que no me gusta que me juzguen. He dicho mentiras, y sé que no me gusta que me mientan. He hecho daño con mis palabras y/o acciones, y sé que no me gustaría que me dañaran. Por eso, este principio es sencillo de decir pero debería de ser la máxima para actuar. Estoy casi segura, que si nuestras acciones se basaran en este principio, éstas estarían en sintonía con nuestras palabras. 



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